La importancia de la objeción de conciencia se manifiesta en los casos donde la ley contraría una convicción personal del sujeto que debe cumplir la norma.
La objeción de conciencia es una figura jurídica prevista en la legislación de determinados países. Consiste en una figura de excepción al cumplimiento de una obligación legal.
La posibilidad de negarse a efectuar una tarea pública que confronta las creencias individuales, es un derecho que tiene relación con la libertad.
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El respeto a la libertad de conciencia
Cuando hablamos de libertad de conciencia nos referimos tanto al derecho de pensar con libertad, como a la libertad de creencias en materia política, religiosa o social. En ese sentido, entendemos la conciencia como el marco de convicciones e ideologías inherentes a la persona. En una sociedad democrática que se caracteriza por la diversidad de cosmovisiones, el respeto por la moral ajena es un valor esencial.
Por ello, obrar con autonomía y libertad de conciencia es un imperativo ético que requiere la misma protección jurídica que los derechos humanos fundamentales.
El respeto a la libertad de conciencia tiene dos dimensiones:
- Por un lado el respeto a las discrepancias, a la diversidad y a las diferencias ideológicas de cualquier tipo
- Y por otro lado, evitar la imposición de principios o normativas ajenas a las convicciones íntimas del efector
Importancia de la objeción de conciencia
La existencia de esta norma en el marco jurídico nacional, defiende el derecho a pensar libremente. Con la idea de garantizar que cada persona humana tenga derecho a actuar conforme a su juicio, sin interferencias del Estado. Por eso la licitud de la figura del objetor de conciencia, es una manifestación concreta de la custodia de ese derecho.
¿Qué significa la figura jurídica del objetor?
Entendemos esta figura jurídica como el derecho de incumplimiento de una obligación legal, cuando ésta violenta las convicciones íntimas de los sujetos.
Esa lesión interior puede estar relacionada con creencias religiosas, filosóficas, éticas o morales.
La Corte Suprema de Justicia de la Nación, la define como el derecho a no cumplir una norma contraria a las convicciones personales, siempre que el incumplimiento no afecte el bien común ni derechos de terceros.
Declaración Universal de los Derechos Humanos
El artículo 18 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, protege expresamente la libertad de conciencia. Del mismo modo lo hace el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos en su artículo 18. Y en el ordenamiento jurídico interamericano el artículo 12 del Pacto de San José de Costa Rica también la establece.
