Todos aplicamos algún criterio cuando tomamos decisiones, cuando adoptamos una posición ideológica o cuando damos una respuesta.
El sujeto, tal como lo indica su nombre, es un ser subjetivo por lo que sus respuestas tendrán un carácter personal, fundado en su subjetividad.
La historia familiar, las experiencias vividas, los obstáculos que se le han presentado en la vida y su manera de resolverlos determinan la forma de percibir la realidad y de afrontarla.
La forma en que cada uno fundamenta sus respuestas se relaciona con la personalidad.
Esa forma que cada uno tiene de responder ante las adversidades de la vida, es también reflejo de las modalidades de conducta, de las actitudes, de los modos en los que asume sus responsabilidades.
Por eso, la importancia de fundamentar nuestras respuestas está en relación con nuestra individualidad y nuestra identidad.
Las personas lábiles, frágiles, sin convicciones, están inhabilitadas por sí mismas para argumentar en favor de sus creencias.
La capacidad para fundamentar una respuesta está vinculada al cimiento o la base en la que se apoya nuestra postura.
Si estamos seguros de lo que creemos, si no ponemos en duda nuestra convicción, tendremos sustento para respaldarnos al argumentar nuestra respuesta.
Es importante fundamentar lo que decimos, para no desvalorizar nuestras ideas y posturas. Si no tenemos motivos para realizar una defensa de aquello que afirmamos, difícilmente podamos fundamentarlo.
La fundamentación le da seguridad y certeza a lo que declaramos cierto, y describe las razones por las que lo defendemos, porque es algo fundado.
Si nuestro fundamento no tiene una base sólida podría confundirse con una mentira, con una invención.
Es más fácil fundamentar una respuesta cuando existe un reglamento, un marco teórico o una legislación que la respalda.
El médico puede fundamentar un diagnóstico porque tiene conocimiento académico sobre la enfermedad y sus consecuencias.
El juez fundamenta sus sentencias con la jurisprudencia dictada en casos anteriores, o con la propia ley en la que es tipificado el delito que se juzga.
Un científico formula una hipótesis y obtiene una demostración empírica de lo que afirma siguiendo un método científico, lo que le permite fundamentar un fenómeno de la nature.
La importancia de fundamentar una respuesta radica en los cimientos de la verdad que se proclama. La fe cristiana, por ejemplo, tiene su fundamento en la Biblia.
Creer en Dios implica fundamentar la respuesta con un acto de fe en Jesucristo. Dios no puede verse, ni tocarse, ni ser mostrado, pero la convicción de que su hijo ha vivido entre los hombres es suficiente respaldo para fundamentar cualquier respuesta.
