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Importancia de bañarse

La importancia de bañarse en forma diaria, es fundamental para eliminar impurezas, microbios, células muertas y secreciones sebáceas o sudoríparas.

El baño diario es saludable, porque el uso de agua y jabón ayuda a evitar malos olores en axilas, pies, genitales, y otras áreas del cuerpo en general.

Bañarse también contribuye a nuestra relajación y tranquilidad, ya que el agua tibia o fresca nos renueva y anima. Además, es un estímulo para la circulación de la sangre.

importancia de bañarse en la ducha, para tener tranquilidad

Ducha de baño

Importancia de bañarse

Bañarse es un acto privado, que en la primera infancia debe ser asumido por la mamá o quien ejerza la función parental en la casa. Es una buena oportunidad para hablar con los niños de las partes del cuerpo que tienen más exposición al sudor, y a los olores corporales desagradables.

Por otra parte, también es oportuno concientizar en la niñez del concepto de privacidad del cuerpo, instruyendo para que nadie tenga derecho sobre él, ni lo toque ni juegue con su corporalidad, aunque sea de la familia.

El baño, el aroma posterior, la ropa limpia, nos muestran respetuosos con nosotros mismos y con los demás, facilitando las buenas relaciones sociales. Practicar el baño diario como un hábito saludable de la familia, creará el contexto necesario para ayudar a los adultos mayores que no puedan hacerlo solos.

Un hábito saludable

Si bien este hábito debe desarrollarse desde el nacimiento de un bebé, por ningún motivo debe dejarse solo al recién nacido en el baño. Y tampoco dejar solo a un niño sin supervisión, ya que bañarse es una instancia de juego en la niñez. En cuanto a la regularidad del baño, dependerá de los padres. Si bien a edad temprana los bebés no se ensucian, es bueno bañarlos a diario para su relajación. Cuando comienzan a gatear y comer solos, es más probable que el baño sea una necesidad imperiosa.

Motivos más allá de la higiene

Si bien la higiene no es un motivo menor, el baño en la niñez es una buena oportunidad para favorecer la autonomía del niño. Hasta los seis meses la actitud del bebé es pasiva en el baño, y su función es mantenerlo limpio.

Entre los 6 meses y el año de vida, el baño es una oportunidad de juego y diversión. Recién desde el primer año de vida los niños pueden comprender lo que está ocurriendo y ser parte de su higiene.

A partir de los dos años de edad los padres pasan a una etapa más pasiva, porque los niños ganan en autonomía. Ellos realizan su propia higiene bajo la supervisión del adulto.

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